Por: Walter Augusto García – Elefun Spanish School

La cabellera rubia le cae sobre los hombros y su mirada clara se posa en la pantalla de su celular. Espera a su novio, Dominik Amstutz, oprimiendo teclas y sentada en una de las bancas de madera que ha dispuesto la escuela y en la que intentará aprender español. Finge estar ocupada, pero parece solo querer que el tiempo pase y que Dominik aparezca. Él, que habla buen español, es lo único que ella tiene en Medellín, pues su familia está al otro lado del Atlántico, en el centro de la vieja Europa. Cuando ocasionalmente levanta la mirada, más por reflejo que por voluntad, su rostro revela una belleza inusual en estas tierras.

Es el medio día del 12 de agosto del año 2018, a sus 22 años, una chica suiza de pura cepa estaba dispuesta a aprender español y para eso se matriculó en una escuela en el barrio Laureles de Medellín, en la que le prometieron que su experiencia sería memorable. Janca, la hija del señor Rentsch, se lo tomó muy en serio, y con resistencia y precisión relojera, tomó clases de manera intensiva, todas las mañanas durante cuatro horas sin interrupción alguna, con lluvia o con sol, con salud o con enfermedad, su disciplina le aguantó hasta para sumergirse en toda cuanta actividad le proponía Elefun Spanish School y su novio Dominik: la Comuna 13, la Comuna 8, Guatapé, Jericó, el juego de tejo, el tour de la televisión, el parche cervecero y otras tantas. Le alcanzaron las energías hasta para volar en parapente y para visitar un cultivo de cacao en Támesis, Antioquia, donde pudo probar la diferencia entre un modesto trozo de chocolate originario de Colombia y una muy sofisticada barra de Toblerone.

A esta chica, a la que definitivamente no le gusta el cilantro, le bastó el tiempo para escribirle un poema a la ciudad en la que aprendió español, y para muestra un botón:

Camino por tus calles y ojalá pueda tener más tiempo contigo. Para que pueda entenderte, para que pueda verte y para que pueda sentirte; es posible que estés despierta, pero nunca cansada (…) Y como puede verse, el castellano se hizo carne en Janca Rentsch, y en ella se cumplió la promesa que Elefun Spanish se ha hecho como escuela. Pasado un tiempo, esta chica escucha, lee, habla y escribe español con acento paisa y con subjuntivo incluido.

Es el día 21 de enero del año 2109 a las once de la mañana, Janca vuelve a la escuela, su escuela de español, después de un delicioso recorrido por Colombia y por Perú. Esta vez para despedirse, pues junto con Dominik, les ha llegado el momento de regresar a su país. Cargando con pesadas maletas ella deja ver en su rostro una sonrisa que se mezcla con una tristeza contenida, pues como su novio dijo al preguntarle cómo se sentían: nos sentimos un poco raros, con la felicidad de regresar a casa, pero con un sentimiento de nostalgia por lo vivido y lo aprendido en Medellín y en Elefun.

Muchas gracias y felicitaciones, querida Janca, y recuerda que aquel que vuelve nunca se ha ido.

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